Comenzar a cultivar una huerta con la intención de ser plenamente autosuficiente en cuanto a verduras y hortalizas es un reto importante. El horticultor aficionado no puede pretender así de buenas a primeras que su huerta le surta de todos los productos vegetales que necesita un hogar. Pero con el tiempo, constancia y esfuerzo por su parte lo puede conseguir. Veamos algunos consejos que le pueden ir bien a ese horticultor que se inicia en esta dura y árdua tarea.
Cultiva plantas y variedades que no son fáciles de encontrar en el mercado local. Eso te producirá un gran ahorro económico. Pero poder tener cualquier hortaliza en su mejor punto de sabor y frescura tampoco tiene precio.
Aprovecha las estaciones al máximo. Camas calientes, túneles de plástico o pequeños invernaderos te permitirán adelantar o atrasar las temporadas de cada cultivo.
Estudia y pon en práctica los mejores sistemas para conservar cada especie. Unas se podrán congelar y otras precisarán otros tratamientos.
Ceñirse a la producción típica de tu zona geográfica te evitará quebraderos de cabeza innecesarios. Los vegetales originarios de otros lugares muy distintos en cuanto a la climatología puede ser un reto imposible, al menos al principio.

Cultiva hierbas aromáticas, hay una gran variedad y te serán muy útiles en la cocina. Y cuando descubras el sabor de las hierbas aromáticas frescas te quedarás extasiado.
Controla la cantidad que cultivas de cada especie. Si tienes demasiada producción será un desperdicio y si es al contrario será mucho trabajo para nada.
No te exijas demasiado al principio, prueba y error serán las herramientas que mejor te conducirán al éxito.